Esta investigadora en el campo del Derecho Público expuso sus posiciones en "La implementación de paz:

una realidad ética, territorial, política y urbana", uno de los paneles del Congreso Nacional-Regional de Paz que se realiza hoy en Antioquia.

"La implementación de paz, una realidad ética, territorial, política y urbana", fue el segundo panel del Congreso Regional de Paz en Antioquia.

En relación con los Acuerdos de Paz, el principal reto en materia de participación social para conseguir el desarrollo de los territorios es “exigir la implementación del Artículo 311 de la Constitución, que es donde demarca una idea de territorio sociológico, es decir que el territorio sea manifestación de la región. En esa medida, el territorio se empodera y puede tomar decisiones sobre el uso del suelo, del subsuelo; de cuáles son sus  necesidades, sus aspiraciones de subsistencia”.

Así lo expuso la profesora e investigadora Cecilia Arismendi, quien considera, además, que las zonas veredales no deberían ser entendidas ni concretadas, por el régimen político, como espacios para esconder lo que no se quiere ver; es decir, para negar al otro, a quienes los habitan; excluirlos.

“Por eso –explicó–  tenemos zonas donde dicen: ‘pero por qué se va a ir la guerrilla, que se quede aquí’, porque no conocen más estado; y en las que están copadas por el paramilitarismo dicen lo mismo. Entonces ese es el papel esencial de esas zonas: permitir que el campo se urbanice, no desde la idea del neoliberalismo constructor y explotador sino que se organice llevando agua potable, energía y posibilidades de desarrollo para la agricultura en manos del campesino”.

Además, aseveró que por razones como esa –entre otras que condujeron a la creación de las guerrillas– no se atreve a referirse a Colombia como un estado fallido: “habría estado fallido si hubiera Estado”. En ese sentido, planteó que en el país lo que hay es “un régimen político anormal”, diferente al Estado como “mandato que hay en la Constitución, un Estado Social de Derecho” que ofrece garantías a los colombianos.

En sus palabras, “no es que tengamos un Estado fallido; tenemos un régimen que ya no lo sostiene esta sociedad porque la violación de derechos humanos es permanente, constante y negadora de la condición de ciudadano. Entonces, el Estado no es el fallido. Y voy a decir algo muy atrevido: está fallida es la sociedad, porque sociedad civil no significa sociedad desarmada, significa sociedad organizada”.

De ahí que critique el hecho de que la sociedad civil no esté organizada; es decir, con fuerza, con un proyecto político claro y con representantes económicos. En parte, “los fallidos somos nosotros que no tenemos intereses comunes, porque no estamos esperando mejorar al otro, sino que el otro si no está conmigo es mi enemigo”.

Entonces, sintetizó su posición, “tenemos primero es que construir sociedad, y ahí es donde tenemos la falla”.

Por Yeison Camilo García -