Seguir al equipo de sus amores por todas la canchas donde juegue es el sueño de cualquier barrista, en el diario vivir de un hincha se enfatizan la idea de alentar y estar presentes en todos los lugares donde sea necesario. Este amor incondicional lo viven miles de jóvenes pertenecientes a la barra de los del sur, que constantemente hacen presencia en todos los estadios de Colombia e incluso de América y el mundo.

Donde sea que juegue Nacional se encuentra un sureño, pero para realizar dicho sueño se requiere dinero y más si es para verlo jugar en otros países donde se exalta aún más la pasión, el esfuerzo y la gallardía de seguirlo en tierras extrajeras. Atlético Nacional este año se encuentra jugando la Copa Libertadores y el esfuerzo que hacen los jóvenes por reunir dinero es de admirar, de una u otra manera gestionan colectivamente dentro de sus combos[1] recursos para que aunque sea algún integrante los represente de visitante.

Ante este contexto, llega el diablo tentando y aprovechándose de las necesidades del desposeído. Siempre en épocas de elecciones llega el diablo vestido de candidato, que junto con la maquinaria política desarrollan prácticas clientelistas e ilegales, de manera desleal auspician empleos públicos, servicios sociales y otros como la compra de votos en el proceso electoral.

En Colombia es el pan de cada campaña, mejor dicho: el tamal de cada campaña. Desde décadas atrás se ha reportado la compra de votos, comprobando cómo algunos candidatos ofrecen mercados, comida, dinero, hasta ladrillos y tejas con el fin de que voten a su favor.

Sintetizando estos dos escenarios, existen dos personajes siniestros que ven el proceso electoral como un mercado; de manera desleal ante los demás candidatos están ofreciendo dinero a la barra de los del sur por cada voto y estamos hablando de miles de sureños, y si estos convencen a sus familiares o personas de su círculo cercano para que voten, aumentará la cifra de votos para estos dos maquiavélicos.

Sin más preámbulo es necesario señalar los nombres de estos dos personajes: Carlos Andrés Trujillo, exalcalde de Itagüí que aspira al senado por el partido conservador, y el candidato a la cámara por el partido centro democrático Carlos Ríos. Estos actos son una clara evidencia de corrupción y si desde ahora como candidatos ya traman practicas fraudulentas, imaginémonos cuando ya sean funcionarios públicos. Por eso seguimos en la misma miseria, en el mismo círculo vicioso, donde los poderosos viven aprovechándose de sus capacidades económicas y políticas.

En la barra de los del sur se evidencia que a muchos hinchas no les importa nada referente a la política y no se conciben más allá de lo que representa vender el voto y lo que significaría subir un congresista con ese perfil, garantía de que seguirá robando y conspirando fraudes. Volviendo al barrista, al hincha, al sureño un voto por 20.000 pesos y que en suma son 40.000 pesos, se ve un negocio fácil, redondo diría cualquier apolítico.

La relación de estos dos personajes se da por medio de los líderes de los del sur (comité) que son los que han difundido la información para todos los combos e integrantes, se han solicitado los números de cédulas de las personas que están dispuestas a vender el voto, luego de las votaciones por número de cedula se darán cuenta en el escrutinio si en la mesa donde se disponían a votar se encuentran votos de ellos, confirmado el voto, luego se efectuaría el pago.

Para concluir:

Primero: el señor Carlos Andrés Trujillo es tan cínico que se enaltece en su campaña diciendo que en su alcaldía fue transparente, que no hubo corrupción.

Segundo: el candidato a la cámara aun con toda su maquinaria política uribista, necesita aún más acciones corruptoras.

Tercero: en este mercado “negro” los líderes de los del sur (comité) fueron los que tramaron el negocio, le manifestaron solo a un miembro de cada combo, la información y los pasos a seguir para la votación, aclarando que son 20.000 pesos por voto. Analizando otras investigaciones de compra y venta de votos donde ofrecen más de 50.000 y en este caso solo ofrecen 20 mil pesos, bajo esta premisa estos dos candidatos son demasiado tacaños o detrás de este fraude hay otro fraude, a no ser de que pagan más por el voto y que buena parte de esa paga se queda en manos de comité, desconocemos el contrato de esos dos candidatos y del comité, pero es para pensar la corrupción tras la corrupción…

Cuarto: es urgente una investigación detallada de este fraude, por eso denunciamos ante la ciudadanía y los entes encargados como: uriel.mininterior.gov.co. Y pilasconelvoto.com

[1] Combo: hinchas que se agrupan bajo un nombre en común, el cual es representado con su respectivo trapo, por lo general hacen parte de alguna zona del valle de aburra y a su vez con otros tantos combos constituyen la barra los del sur