El ETCR de Carrizal se queda sembrando la paz
.ETCR son unas siglas que aún le pueden decir poco a alguna parte de los Colombianos. Antes fueron las ZVTN y el 15 de agosto dejarían de existir como siglas… algunos de ellos, como realidad. Se supone que solo unos pocos pasarían a llamarse Centros Poblados, diluyéndose en la normalidad jurídica de los ordenamientos territoriales municipales. La Agencia Nacional de Reincorporación (ARN) estudiaría la viabilidad de la continuación en 11 de los 24 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación; Caño Indio en Norte de Santander y Carrizal en Remedios Antioquia son dos de los ETCR que esperan la decisión sobre su situación jurídica. La incertidumbre radica en si se mantienen donde han estado por más de 3 años o bien se desplazan individualmente los excombatientes a otros lugares que desconocen.
El 16 de Julio Carrizal recibió la visita del alto concejero para la paz, el cual consideraría las razones por las cuales el ETCR debería continuar en el territorio. Teniendo en consideración la propuesta de una Universidad Campesina (como referente en la formación descentralizada en distintos campos para las comunidades aledañas y excombatientes) y la sustracción de Carrizal de la ley segunda (de reservas forestales, que impide una mayor llegada de la cobertura estatal), se dio una prórroga de un año para el espacio. Sin embargo aún está en riesgo de desaparecer.
El problema no es nominal: la desaparición del nombre sería la posible desaparición de algunos de esos lugares. Y puede que no se entienda, pero decir lugar es nombrar la esperanza puesta en los galpones, los lagos piscicultores, las huertas y frutales, entre otros proyectos productivos que se han intentado consolidar desde la firma del acuerdo de paz con la FARC.
En la primera semana de septiembre la ARN verá la viabilidad para transformar el ETCR en una Universidad Campesina. Permitiendo así un arraigo consolidado en el territorio. Lo complejo y hasta absurdo del asunto es que se les exige al ECTR que presente una viabilidad pedagógica, jurídica y de distinta índole para aceptar la consolidación de esta en poco más de un mes. Este tipo de proyectos de largo aliento no se desarrollan con la premura institucional, posibilitando así que la viabilidad del mismo ETCR quede en cuestión.
Perder el lugar es perder las relaciones de arraigo que los excombatientes han consolidado en estos 3 años; o bien, en muchos años más, como es el caso de Teófilo: “Yo he vivido 35 años en Remedios, a mí me dicen que me vaya para Zaragoza, Anorí, Yondó o quién sabe dónde y sería muy duro para mí porque uno crea una relación de afecto con el territorio que es irrompible”.
Teo y la política ambiental
Gustavo Zapata (“Teo”) es uno de los habitantes del ETCR Juan Carlos Castañeda en Carrizal, entrada a la serranía de San Lucas; a estas zonas mineras llegó desde Itagüí a finales de los 80s, cuando la violencia política bullía tanto en la ciudad como en el nordeste. Antes de llegar a carrizal se pasa por Cañaveral, una de las primeras veredas donde las masacres paramilitares tuvieron lugar. Desde entonces Teo ha recorrido aquel compendio montañoso que se desprende de la cordillera central, abarcando en sus picos de hasta 2700 m.s.n.m el nordeste antioqueño y el sur de bolívar. La serranía es un corredor biológico y un santuario para la vida que abarca casi 200km de longitud. Es el camino del jaguar, su lugar de tránsito entre centro américa, la amazonía y Brasil; es la casa del oso de anteojos, el refugio de la danta… todo esto cada vez menos.
Los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación al día de hoy son 24. Cada uno viene intentando la paz, algunos con más incidencia que otros a nivel de autonomía económica e intervención social. Las modernizaciones manifestadas en vías de acceso, servicios públicos y ofertas laborales no son las mismas para todos los ETCR, algunas más inexistentes que otras. El caso por ejemplo de Carrizal, pese al acceso que ha permitido en servicios públicos, entra en confrontación con la normatividad territorial que lo rige: se ubica en una zona de reserva forestal, que no permite el mejoramiento de vías. Situación que dificulta el transporte de productos y la circulación de sus habitantes.
En todos los casos, sin embargo, son los lugares donde los anteriormente enfusilados conviven entre ellos y las comunidades aledañas. Algunos con dinámicas menos tensas que otros en cuanto a la violencia, la falta de garantías económicas o la inoperancia y trabas estatales.
Al escribirse esto las cifras de líderes asesinados y de excombatientes no para de aumentar. Los números macabros de las centenas. Pacificación, a ultranza y a plomo, piensa uno; o bien pacificación en las incertidumbres, cuando se entera de la situación de los ETCR.
Foto Joni Restrepo / AMA
Siembra tu árbol por la paz
Pese a lo anterior, no todo es tragedia. Por ejemplo, hace un mes tuvo lugar por tercer año consecutivo el tercer campamento siembra tu árbol por la paz en la vereda Carrizal. Distintos sectores y personas se dieron cita del 14 al 17 de junio para conocer y acompañar la experiencia de paz del ETCR, se juntaron para reflexionar y planear el territorio en concordancia con el cuidado ambiental, buscando reverdecer con la siembra colectiva de distintos árboles nativos. No es baladí el asunto pues la deforestación en esta zona del nordeste es crítica. Solamente en la parte que le compete a Segovia ha aumentado en un 240 % desde el 2015, exponía al respecto el secretario de Minas de Segovia, quien también hizo presencia en el evento.
Universitarios, campesinos, víctimas, profesores, empleados de la alcaldía, fuerza pública y excombatientes, observadores de naciones unidas se reunieron unos días a ver cómo es que se acompañaban mutuamente, partiendo de que el verdadero proceso de paz no es entre una guerrilla y el estado, sino que como fenómeno social e histórico, le compete a toda la sociedad. Y si no incluye a la madre tierra, no tiene sentido ante el colapso civilizatorio. 3 mesas se desarrollaron: 1. Minería, extractivismo y problema forestal. 2. Proyectos productivos sostenibles, biodiversidad, protección del agua y su acceso. 3. Jurisdicción de los ETCR y su relación con el desarrollo de las comunidades.
Las dificultades, aciertos y retos de estos 3 años estuvieron evidenciados en los 4 días. Se plantearon algunas alternativas y proyectos por parte de los integrantes para los excombatientes y las comunidades, algunas con una ejecución más cercana que otras. Acueductos con aguas lluvias, excombatientes guardabosques, proyectos productivos y su distribución en los cascos urbanos y en Medellín, postura de reforestación y formalización a la pequeña minería, la formalización necesaria por medio de una sustracción a la ley segunda que incluye a toda la zona en reserva forestal, los caminos jurídicos necesarios para transitar hacia una zona de manejo integrado, o bien, para el anclaje de estos en los planes de ordenamiento territorial de los municipios.
Muchas ideas caminando y esperando que no se les trunquen… ¡Carrizal no se va! fue una frase que quedó retumbando luego de los 4 días.
Una integrante de las recién creadas Guardias Campesinas de Remedios decía en una de las mesas sobre problema forestal y extractivismo: “Nosotros tenemos que apoyar el tránsito que están haciendo ellos, nosotros como comunidad tenemos que abrazarlos. Están dejando una forma de vida y eso no es fácil”.
En estos dos meses se decidirá la situación del Espacio. El ambiente es complejo: entre esperanzado y desazonado por parte de la comunidad aledaña y de los mismos excombatientes. Ellos ya asumen estos lugares como sus hogares. Se supone que no todos los ETCR se mantendrán; la cuestión es que de continuarse las incertidumbres e incumplimientos, no solamente en lo relacionado a la situación jurídica si no a cada uno de los puntos firmados en los acuerdos, las violencias no llegarían a erradicarse realmente. Las experiencias de paz territoriales se resquebrajarían y para muchos sería volver a empezar.
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