Ese tal castrochavismo SÍ existe
Es evidente que existe y lo pregonan por todos los medios, los mismos que lo parieron.
El descaro es el ingrediente que atosiga la receta del discurso de las mafias, que mantienen determinado el curso de Colombia. Esas mismas mafias, que desde diferentes escenarios han construido el castrochavismo como discurso y lo han aplicado en la práctica, valiéndose de sus capacidades: control económico, medios de comunicación, grupos armados legales e ilegales.
Todo el tiempo nos están amenazando con aplicarnos las mismas acciones que han aplicado al país venezolano, o acaso ¿quiénes cree usted que son los que manipulan el comercio, las farmacéuticas, los medios de transporte, la industria, la televisión, la radio, la prensa masiva? ¿Tiene usted acciones en alguna empresa importante? No ¿cierto?
Pero al mejor estilo de la creación de un enemigo, esos individuos que representan los intereses de empresarios, comerciantes y la iglesia, entre otros, nos dicen que de elegir a alguien diferente a ellos nos vamos a convertir en otra Venezuela. ¡Es una amenaza implícita! Es decirnos póngase a elegir a otro y verá como le cierro la llave.
Nos dicen con todo descaro a qué nos van a someter: que joderán la economía, que nos van a poner a aguantar hambre, que nos privarán de la salud, que difícilmente podríamos estudiar, que la fuerza pública o privada nos violentará hasta el asesinato, etc. La cuestión es que nos hacen creer que eso será culpa de otro tipo o de otro grupo, que nada tendrá que ver con ellos.
Y a punta de medios nos lo hacen creer. Castrochavismo es el nombre que esas mafias le han dado a la guerra de baja intensidad, a la guerra económica que aplican a los países que buscan romper las cadenas de la esclavitud, del consumo y la deshumanización. Pareciera más un juego de palabras, en el que nos dicen Castro (de castrar) el chavismo. Y vuelve y juega el descaro.
Así como cuando terratenientes, algunos empresarios y narcotraficantes llamaron autodefensas a sus grupos paramilitares, o cuando decidieron tomar el nombre de Cambio Radical para seguir igual de cochinos y corruptos, o en el momento en que la colectividad fascista del país decide adoptar el nombre de Centro Democrático. Así de descarados.
Ahí los tiene pues, cada que escuche a alguien decir que fulano de tal es del castrochavismo o que nos va a llevar a ser como Venezuela, tenga por seguro que quien lo dice es porque hace parte, o se hace pajas, creyendo que lo van a aceptar en esas mafias de pedigrí, que aplican la idea de castrar el chavismo.
Creerles el cuento, les dará a sus líderes muchos más millones, pero si usted hace parte de quienes inconscientemente, sin tener en qué caer muerto, ha repetido el cuento sin siquiera entenderlo, sepa que está del lado equivocado, que le está lamiendo la mano al que le va a dar en la cara por marica, usted sabe que es así. Eso sí, no olvide, nunca es tarde para empezar a volverse decente.