Retomando Sueños que no dejaron de ser. Conversatorio: Memorias del movimiento cultural bellanita.
Por: Walter Guadalupe (Casa Cultural El Hormiguero, Medellín).
Es viernes 16 de noviembre, son las cinco de la tarde y los rayos del sol caen directamente en el centro de la placa polideportiva, hay una leve brisa que cruza el pasto, la siento y me relaja. Cierro los ojos un momento para sentirla y recibir el calor del sol. Al abrirlos, veo gente corriendo a lo largo de la cancha de basquetbol. Siluetas de hombres y mujeres van y vienen de un lado a otro con objetos en sus manos. En una de las esquinas se levanta, de manera pausada, una carpa. En ella se acomodan aparatos de sonido e instrumentos musicales. Otra se arma en el centro acompañada por una pantalla, un proyector, una mesa y un sinnúmero de sillas plásticas. Al otro lado, un hombre y una mujer desdoblan varios pedazos de tela para luego colgarlas en la malla de la cancha. La curiosidad de los transeúntes y vecinos del parque La Chinca, sector Niquía, en el municipio de Bello, aflora con el paso del tiempo.
Instaladas las dos carpas, acomodado el sonido y extendidas las tres telas que invitan a la creación de espacios culturales colectivos, se da continuidad a las Jornadas de Arte Joven por Bello, un escenario de artistas y gestores culturales que durante ocho días propicio el encuentro comunitario en algunas veredas y barrios bellanitas. En su quinto día una de las actividades estuvo encaminada a re significar la palabra como instrumento para la reconstrucción de la memoria histórica. Es intención de quien escribe presentar las reflexiones surgidas del conversatorio de manera general, con el ánimo de dar a conocer apreciaciones comunes de un pasado vivido y experimentado por unos actores puntuales, los cuales son protagonistas de una historia colectiva y que son de gran importancia en la memoria colectiva y en la construcción de una identidad cultural del municipio de Bello.
Memorias del movimiento cultural bellanita.
“El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma”. Estas líneas del poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht, sirvieron de telón para dar inicio al conversatorio: Memorias del movimiento cultural bellanita. Finalizada su lectura, el público toma asiento. Los invitados se acomodan en la mesa principal y el escenario se dispone para el diálogo y la conversación. Mientras esto sucede se proyecta un vídeo de la cuarta edición de las Jornadas de Arte Joven por Bello realizada en 1992.
La responsabilidad de reavivar las experiencias artísticas y culturales del municipio de Bello, en un intento por demostrar que el pasado permanece vivo estuvo a cargo de: Jairo Castrillón, Luis Alfredo Atehortua y Leo Rodriguez. Todos ellos vinculados a los movimientos sociales, artísticos y culturales bellanitas de finales de los 80s y principios de los 90s.
Después de una breve presentación de cada uno de los invitados, en donde se señalaron sus pasos por el movimiento cultural bellanita, se invita, por parte del moderador del conversatorio a dar un contexto histórico sobre el surgimiento de la movida cultural en la ciudad de Bello.
En este sentido, se planteó que las raíces del movimiento artístico surgieron de la dinámica cultural propuesta por la empresa textil Fábricato quien funda en la década del 70 la Corporación Fábricato para el Desarrollo Social. La cual ejerció una gran influencia en el escenario cultural del municipio, fomentando entre los obreros y sus familias la creación artística y cultural.
Por otro lado, se señaló la importancia que tuvo, en la conformación de procesos barriales y culturales, la influencia de los movimientos revolucionarios de los años 60s y 70s en América Latina, así como los estallidos estudiantiles en Francia y México, los cuales repercutieron directamente en la mentalidad de los hijos de los obreros.
En este punto se nombran algunas experiencias como el movimiento fogatero, el cual sirvió para proteger el sector de la meseta del negocio inmobiliario que en la actualidad depreda a diestra y siniestra espacios comunes del municipio. Asimismo, se planteó que el movimiento artístico floreció en los barrios a través de la apropiación del territorio por parte de organizaciones barriales, las cuales generaron de manera amplia alternativas comunitarias y culturales. Ejemplo de ello fue la lucha por la apropiación de la plazoleta del barrio El Rosario, la biblioteca municipal y la Casa de la Cultura Cerro del Ángel.
Este último escenario, es el resultado del reclamo social y popular a las distintas administraciones municipales por un espacio cultural para el municipio. Ante la creciente presión social, la administración del señor Alberto Builes anuncia la construcción de la Casa de la cultura. Sin embargo, como en un juego de nunca acabar, la trampa y el engaño institucionalizado estuvieron presentes en este proceso. Por un lado, se demolió el Teatro Bello, el cual había sido declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad, y por otro, el edificio construido para la Casa de la Cultura no cumplía los requisitos mínimos como espacio destinado para la expresión artística y cultural de un municipio que para la época contaba con más de 300.000 habitantes.
Esta situación, generó el rechazo y la movilización socio-cultural, y fruto de ello fue la articulación y fundación de la Reunión de Artistas y Trabajadores de la Cultura de Bello, que rápidamente pasaría a ser la Corporación Cultural REARTE. Desde esta articulación se propiciaron espacios para el debate, la reflexión y la movilización cultural y política. Además, se constituyó en un interlocutor directo con la administración municipal y finalmente, se logró, en 1994, la inauguración de la Casa de la Cultura, en un lote conocido como Cerro del Ángel.
Finalizada la caracterización de aquel tiempo que permitió, en medio de un escenario político y social gobernado por el terror de las armas, el florecimiento de diversas expresiones políticas, culturales y artísticas, se pasó a hablar de la dimensión política del movimiento cultural y de su alcance e interacción con las organizaciones comunales.
Al respecto, se mencionó que desde el arte y la cultura se posibilitó la auto-organización de procesos y grupos artísticos, ecológicos, juveniles y parroquiales, además de agitar utopías, cambiando la mentalidad individualista y egoísta heredada del capitalismo. Lo anterior, permitió sembrar nuevas miradas acerca de la apropiación del territorio, enriqueciendo así no solo las expresiones alternativas comunitarias, sino la búsqueda de transformar la realidad social de un municipio aquejado por la violencia narco-paramilitar.
De igual manera, se señaló como un logro político que la participación comunitaria consiguiera que la dirección de la Casa de la Cultura Cerro del Ángel fuera convocada abiertamente por concurso de méritos, quedando en ella tres representantes reconocidos del movimiento cultural. Se aprovecha este escenario de la reflexión para hacer hincapié en la necesidad de defender la iniciativa de construir el parque de artes y oficios, en los terrenos del ferrocarril de Antioquia, el cual, al día de hoy, está siendo amenazado por la actual administración y las empresas inmobiliarias.
El actual escenario cultural.
Las organizaciones artísticas, sociales y culturales del municipio de Bello le están apostando a la reconstrucción de la memoria cultural, a la identidad y la resignificación de los territorios. La recuperación del legado histórico potencia la necesidad de hacer y preservar la memoria colectiva.
Las Jornadas de Arte Joven por Bello están recorriendo veredas, barrios, parques y calles del municipio. Se está propagando el incendio del arte como posibilidad de cambio social y no como mero disfrute o contemplación estética.
El cierre del conversatorio estuvo direccionando a trazar una serie de invitaciones que al son de los acontecimientos actuales toman gran relevancia, a saber:
*construir formas de organización en red que trabajen en conjunto pensando no solo en el presente sino visualizando el futuro en beneficio de las comunidades.
*reconstruir utopías que confronten la hegemonía capitalista, la cual avanza hacia la uniformidad y exterminio del disenso y la diversidad.
*propiciar formas organizativas autónomas renovando los dispositivos de acción y financiación.
La acción cultural no finalizó con el conversatorio. Por el contrario, dio paso a la presentación de artistas del Valle de Aburrá que, a través de diversas expresiones musicales, dan cuenta de la necesidad de articular discursos sobre asuntos comunes, en este caso la memoria, la identidad y el territorio.
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