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Zona Nororiental de Medellín pide atención especial por Covid-19

Por Corporación Con-Vivamos

Debido a la falta de condiciones socioeconómicas y riesgo por contagio de Covid-19, organizaciones comunitarias de la Zona Nororiental de Medellín realizaron peticiones y propuestas a la administración municipal con el fin de atender la situación de estas comunidades.

El pasado 22 de marzo, 123 organizaciones sociales, procesos comunitarios y actores académicos con presencia en la Zona Nororiental de Medellín, suscribieron un pronunciamiento público de Alerta Temprana, con el que le piden a la Alcaldía de Medellín implementar medidas de atención especial ante la contingencia generada por el Covid-19, para las comunas 1, 2, 3 y 4, territorios en los que se concentra gran parte de la población más vulnerable de la ciudad.

De acuerdo al análisis hecho por “Medellín cómo vamos” (2020) en cuanto a cierre de brechas, “El porcentaje de hogares en inseguridad alimentaria severa muestra a las comunas de Popular, Manrique y el corregimiento de Santa Elena en desventaja relativa frente al resto de territorios”. Además, este análisis detalla que de acuerdo con las diferencias en el Índice Multidimensional de Condiciones de Vida (IMCV), los barrios Popular, Santa Cruz, Manrique, Doce de Octubre, Villa Hermosa y San Javier son los que menores condiciones de vida presentan. De la misma forma, en la Comuna 4 - Aranjuez en barrios y sectores como Moravia, El Oasis, San Pedro y Lovaina, se presentan amplias brechas socioeconómicas y profundas condiciones de desigualdad.

Como lo manifiesta Adolfo Taborda Molina, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Santo Domingo Savio, “la Zona Nororiental ha sido ocupada y ha crecido demográficamente debido al desplazamiento y la violencia en otras zonas del país. Desde el río hasta los límites con Santa Elena hay una gran extensión poblacional, y sabemos que el 60 o 70% de nuestras comunidades viven del día a día, hoy no están trabajando, no se pueden movilizar”.

Ante las medidas tomadas por el Gobierno nacional para frenar la expansión del Covid-19 en Colombia, Yesenia Córdoba, habitante del barrio La Cruz en la Comuna 3, expresa que se han empezado a evidenciar muchos problemas y necesidades en los barrios: “lo principal es el tema de los adultos mayores, que muchos no trabajan, no tienen cómo, por su edad, y muchos que viven del día a día, del reciclaje. También los niños, que los han puesto a trabajar en las clases virtuales, y muchos, si tienen computador, no tienen cómo ingresar a una página web porque no tienen Wifi. Otro tema es el incremento de los precios de productos en las tiendas”.  

Según Wendy Vera, integrante de la Biblioteca Sueños de Papel que trabaja en la Zona Nororiental, “en estas comunas históricamente ha habido problemas educativos, sociales, económicos, que hacen que la problemática del coronavirus sea mucho más difícil de afrontar. Es importante resaltar que acá viven personas de estrato 0, que son desplazadas, y de estratos 1, 2, que son de bajos recursos”.

Debido a lo anterior es que la preocupación de estas organizaciones se centra, principalmente, en la falta de condiciones socioeconómicas de esta población para afrontar la cuarentena decretada por el Gobierno nacional, así como el riesgo de contagio de Covid-19, al que se ven expuestos por tener que salir a las calles a buscar su sustento o resolver sus necesidades básicas.

Por eso, según expresa Fernando Zapata, integrante de la Corporación Con-Vivamos: “la alerta temprana lo que busca es salvar la mayor cantidad de vidas posible, y por eso lo que se le solicita al Estado es un pliego en cuatro grandes bloques: uno, sobre la situación socioeconómica de las personas que están en mayor grado de vulnerabilidad y empobrecimiento, para que puedan guardar la cuarentena; dos, para que se atienda y prevenga el contagio, y se prevean acciones para atender a quienes resulten enfermos, y así empezar a mitigar el impacto que se genera sobre el sistema de salud, como ya hemos visto en todo el mundo; el tercer bloque incluye propuestas de cómo financiar estas peticiones; y finalmente, un cuarto bloque que tiene que ver con medidas que se deben aplicar en la ciudad”.

Entre estas peticiones y propuestas, que están contenidas en un pronunciamiento público, se incluyen asuntos como la atención diferenciada a pobladores que viven del sustento diario o la economía informal; la creación de un banco de alimentos por comunas y redes de abastecimiento local; el acceso a servicios públicos y suspensión a cobro en las tarifas, apoyos económicos a microempresarios barriales; líneas de apoyo psicosocial; la activación de comités de gestión de riesgo municipal; la creación de mecanismos para una difusión de información adecuada en los barrios; y el desarrollo de propuestas de cultura viva comunitaria. 

Así mismo, en dicho pronunciamiento las organizaciones mencionan la necesidad de adecuar y aumentar la capacidad en centros de salud barriales; activar redes territoriales de prestación de servicios de salud para atender enfermedades crónicas y urgencias; educar a líderes y grupos comunitarios para la promoción de la salud y prevención de la enfermedad; generar procesos de comunicación para la salud; dotar de implementos necesarios a personas expuestas a la atención al público o que realicen actividades de prevención en los territorios, entre otros.

Según Fernando Zapata, “tenemos interlocución con la administración, pero es insuficiente, hay cosas que no se están haciendo. Por eso es importante aportar todo lo que podamos, entendiendo que este es un problema muy grande y muy grave que requiere el compromiso de todas y todos, para sobrevivir esto de manera colectiva”.

“Yo le haría un llamado a la alcaldía de Medellín para que se enfoque en las zonas periféricas que necesitamos mucha atención, y también en personas que no saben nada de esto porque no tienen acceso a ningún medio, o no tienen cómo movilizarse para enterarse de estas ayudas”, manifiesta Yesica Córdoba. Por su parte, Adolfo Taborda expresa que “los líderes siempre le hemos servido a la administración; ahora estamos desprotegidos, nadie estaba preparado para esto, y no tenemos capacidad instalada. Necesitamos que el Estado mire para acá”.

Finalmente, Fernando Zapata expresa que “Nosotros llamamos a generar mucha información, a comunicarle mucho a las comunidades para que puedan saber cómo están las cosas. Con esto que estamos haciendo como organizaciones de la Zona Nororiental, estamos aprendiendo, y por eso queremos reiterar la invitación a otras comunidades en otros lugares de la ciudad para que también se organicen y busquen soluciones colectivas que requiere este asunto”.

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